
La disfruté durante varios años. Compré un sofá, un ordenador, unas estanterías, pero la casa no acababa de estar completa. No tenía cuadros ni fotos.
Un día salí a toda prisa y al volver, la casa estaba dividida. Encontré unos letreros con mi nombre y otros con el suyo, escritos con tinta indeleble. Nada estaba donde debería estar y yo ya no estaba agusto; pero seguía siendo mi casa.
Todavía vivo allí. Cada día la reconozco menos, cada día está más estropeada, más desordenada, más sucia, más triste.
6 comentarios:
una montaña de abrazos para ti!!
Gracias, guapa!
las casa pasan, las casas suceden, en el sentido de ser sucesivas, como las olas. y después de una siempre llega otra. más bonita, más tuya.
Por fin leo tu historia... Jo! que penita, pero no dejes que ese ser te quite la ilusión... ya queda menos para no estar con él... quién sabe lo que te deparará el Destino, que quizás tu Camino sea cerquita de la gente que te quiere y te añora, como yo...
Un besito Reinona... jejeje.
Qué alegría, Pin!
Igual tienes razón... veremos.
Sí! Soy Reinona! y tú???
@ anónimo: me parece que tú sabes mucho del tema casas... Espero que el mar no cese.
Un beso.
quiero una casa bonita. quiero una casa bonita hecha mano a mano contigo. quiero una casa tuya. quiero que la tracemos en el suelo y luego nos miremos el uno al otro para soñarla. que la pintemos. que juntemos tu preciosa vitrina azul con mi mesilla desvencijada. tu lámpara roja con mi estrella marroquí. tus "frame" con mis "on", mis discos con los tuyos, tus labios con los míos.
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