miércoles, 27 de enero de 2010

dos y medio


Tengo medio billete de cinco euros. Lo guardo en la cartera y sale una esquinita al abrirla. Lo veo siempre; cuando voy a por el pan, cuando me subo en el tranvía, cuando entro en la piscina. Y  me acuerdo.
Me acuerdo de cuando  nos  lo dieron. Estaba doblado en mil trocitos y lo dejamos encima de la nevera enana para que secara. Lo guardamos porque nos gustaron mucho las manos del que lo doblaron, y los pies, y el pelo, y ..., y porque fue una buena tarde, porque fue el principio.

Al despedirnos cortamos el billete en dos. Ella tiene una mitad y yo otra. La mía tiene el corte con pelitos, como si fuera una herida que no acaba de cerrar. Por eso de vez en cuando nos vemos y juntamos los trozos, y la herida ya no duele.

No hay comentarios: