miércoles, 23 de diciembre de 2009

Santorini


















Llevaba una mañana muy ajetreada. Llovía y ya tenía los pies calados. Llegó a la última oficina, a pedir el último certificado. Apenas tuvo que esperar, en días como estos la gente está a otras cosas, pensó.
Le tocó el turno; la mesa número cuatro. Allí le esperaba una mujer de mediana edad, con gafas y los dientes un poco saltones. Se sentó en frente suyo. Mientras la mujer buscaba los papeles dejó vagar la mirada alrededor. Estaba cansada y harta de ir de un sitio a otro, más en días como estos, más aún lloviendo.
Se fijó en un lateral de la mampara de separación. Había allí colgadas unas postales de Santorini, preciosas fotografías de la cúpula azul, del mar, de las casas blancas. Al lado había otra foto de la mujer sonriente con las ruinas del Partenón a su espalda. Miró a la mujer y se dió cuenta de cómo iba vestida; llevaba una camisa demasiado fina para el día que hacía, con unos bordados en diferentes azules de punto de cruz y el escote un poco abierto, como de marinero griego. De su cuello y muñecas colgaban collares con cuentas también azules que sonaban cuando movía la mano. Le dijo:"qué griega estás" y de repente salió el sol, la mujer sonrió y empezó a hablarle de cómo se llega a la isla, siempre en un barco pequeñito porque los grandes no pueden llegar hasta la orilla, de las puestas de sol, de la luz de Santorini, de Atenas también, de cómo allí los motoristas no usan casco, y que es como viajar en el tiempo, cuarenta años atrás.
Le dió los papeles y se levantó. Se dio cuenta de que no notaba ya el frío en los pies y que el sol había salido para ella, sólo un ratito, sobre el precioso mar de Santorini.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Santorini, le estuve dando vueltas muchos dias a esta idea, pero mi vagancia natural me dejo llevar sin mas.
Me puse a pensar en esas terrazas de los hoteles de Santorini que parece que estan colgando de la nada y que se caen en la caldera que alli se formo y con esos pensamientos me deje llevar hasta hoy , sin escribir y sin hacer nada para remediarlo.Creo que el azul de sus cupulas,sus mares y sus cielos ejercen una sensacion de extrema placided ,que hace que el viajero ya sea de una manera u otra
( viajero imaginario,pasional,etc...)se queden parados , impactados y hagan que esten donde esten se queden sentados y mirando hacia el horizonte que se puede disfrutar desde las terrazas de Santorini.

Lisa dijo...

Tiene que ser impresionante, no he estado nunca. A ver si este 2010...
Deje su vagancia a un lado, que ella haga lo que quiera, y usted escriba, escriba..

Anónimo dijo...

Hola Lisa!

Si vas a Santorini, dímelo y te chivo algunos lugares secretos tanto de Santorini como de Iraklia y Koufonisia!

Ia.

Lisa dijo...

Vale! Yo te pregunto, y ojalá sea así, porque tengo unas ganas de ir...