lunes, 20 de abril de 2009

días de lamé dorado


Empezábamos a ensayar a las diez de la mañana los sábados. Al principio no teníamos local y lo hacíamos en casa del guitarra. Solía poner espaguetis al fuego y entre canción y canción iba a controlarlos. Nos sentábamos en sillas de madera con el asiento de enea, muy flamencas, en una habitación donde guardaba la tabla de planchar y los libros de los Holister. Sólo éramos tres, un guitarra, el bajo y la voz. Nos conocimos por un anuncio que vi en la escuela donde yo daba clases de canto. No creo que respondiera nadie más al anuncio y me cogieron a mí. La idea era aprendernos versiones de canciones standard de jazz y bossa, para más adelante cantar en bares y cafés. Me encantaban aquellos ensayos a capella, pero más me gustó cuando ya tuve micrófono. Era otra manera de expresarme y más real. Con el micro se podía jugar, acercarlo mucho para cantar amores, como si lo estuviera besando, y alejarlo cuando me enfadaba y gritaba un poco más.
Se unieron un batería y un teclista. En más o menos un año dimos nuestro primer concierto. Fue en un bar estrecho, sin escenario ni nada. Nos tuvimos que poner en fila porque no cabíamos; el público estaba delante mío, tan cerca que entre canción y canción me hice un amigo, parecía que estábamos en la cola del cine.

Sólo hubo otro concierto más. El grupo decidió darse un tiempo, como las parejas. Yo guardé el micrófono en su estuche, ahí sigue; el pie del micro es ahora un perchero. Y yo ya no canto. Bueno, sí, a veces, pero sólo a mis niñas.

6 comentarios:

Olalla dijo...

a ver si coincide que una de esas veces en las que todavía cantas, estamos cerca y podemos disfrutarte...
imagino tu silueta deslizándose sutilmente por un ambiente de humo a contraluz en compañía de un micro retro, y tu voz, inundando el local y envolviendo nuestros cuerpos, antes de colarse por nuestros oidos.

un beso

trexa dijo...

bueno, no sé, necesito a mi banda... :) pero lo que sí sé es que me encantaría cantar contigo summetime la próxima vez que nos veamos, si puede ser con una copita de vino, celebrando lo que sea.
un beso, bonita.

Olalla dijo...

ok, pero para el bien común yo pongo el vino y tu la voz...

trexa dijo...

para el bien común, igual mejor nos bebemos primero el vino y luego cantamos, así no se nota, jeje...

pirsinia dijo...

Qué decirte, Lisa, que ellos se lo han perdido. A mí el concierto me gustó mucho y a los que estaban allí también. Sigue cantando, por favor...

I dreamed a dream in time gone by
When hope was high
And life worth living...
(ya sé que no es jazz, pero se nos dan tan bien estas canciones...)

Besitos

trexa dijo...

i dreamt that love would never die
i dreamt that god would be forgiving...
sí que se nos dan bien, estaría bien ir a londres a ver el musical... pero sólo si nos dejan cantar a nosotras también :)
un beso.