martes, 30 de septiembre de 2008

el hueco de la cama

Duermo bajo un edredón nórdico. Si es verano, sin mucha ropa. A veces se me queda el hombro al descubierto. Me entra un poco de frío por ahí y se me ve el tirante. Me imagino que me acaricias el hombro con la mano abierta, dándome calor. Tú duermes a mi lado y no te enteras de nada. Yo te miro y quiero que te despiertes y que me veas el hombro y que me toques, pero te das la vuelta, mirando a la pared.

Me duermo. Y sueño. Hay días en que me vienen a visitar en sueños; es gente que conocí hace tiempo y que ya no volveré a ver. Ellos en su día me acariciaron. Y ahora en sueños lo vuelven a hacer. Duermo inquieta y me levanto con nostalgia. Al levantarme miro el hueco de la cama y es pequeño, como de una persona; las sábanas casi lisas, la almohada y el colchón un poco hundidos. Y pienso que igual no ha sido en sueños, que al final te has dado la vuelta, me has mirado y me has acariciado.

lunes, 22 de septiembre de 2008

luz roja


Hay una lápara roja en medio del salón. Al encenderla, todo se tiñe de rojo.
Se ha sentado cerca de ella. Su cara está roja, las orejas, un poco separadas, también. Lee con una atención roja un libro dorado. Tiene un brillo rojo en el labio de abajo y en la punta de su nariz. Su camiseta y las zapatillas se han convertido al igual que sus manos huesudas. No se mueve de tan rojo que está.
Le miro sin que se de cuenta. Una sensación roja me sube desde el estómago por la garganta. Es roja porque es caliente y me gusta, algo parecido a la ternura. Me acerco y le doy un beso en su cara roja. Me mira extrañado con puntitos rojos en los ojos. Vuelve la mirada al libro dorado y yo me siento lejos de la luz roja. Está mejor así, él envuelto en esa luz, yo mirando desde fuera.

domingo, 21 de septiembre de 2008

pablo


Ya tiene la maleta hecha. Se ha pasado el verano tocando el saxofón y el invierno entre libros de anatomía y enfermedades tropicales. No le he visto mucho, pero da lo mismo. Aunque no le vea sé cómo está y en lo que anda.
Se va un año a Florencia. Es muy joven y tiene mucha energía y curiosidad. Va a seguir estudiando y a otras cosas. En este caso, las otras cosas son lo más importante. Le deseo mucha suerte, que encuentre piso, que viaje por Italia, que se enamore allí también. Que estudie y se divierta. Que mire y escriba y toque. Que coma y beba, que pruebe todo.
Es un tipo muy peculiar. Es alto y muy guapo, un poco miope. Tiene un halo de confusión alrededor. A veces se atranca, se le pierden cosas, no se acuerda de lo más importante, se le rompe el coche. Él es así y es parte de su encanto. También es sensible y muy tierno. A veces hace preguntas como de niño pequeño que me hacen sonreir.
Toca muy bien el saxofón; suele llevar las partituras arrugadas y de vez en cuando se le pierde alguna hoja, pero sigue tocando igual de bien
.
No le veré en mucho tiempo, igual un año o así. Ahora, en el momento de la despedida, le digo que se cuide y que disfrute de lo que le toque vivir. Él me dice "gracias, tata" y me entra un poco de esa pena egoísta porque se va.
Espero que comparta lo que viva a partir de ahora. Aquí estaré para leer todo lo que me quiera escribir y para escuchar lo que me quiera contar.
Buen viaje.

jueves, 18 de septiembre de 2008

la niña con nombre de isla


Se llama así porque su madre veía esa isla nada más levantarse todos los veranos, y también por otras cosas que nunca me ha contado. Es una niña que en vez de mirar acaricia con los ojos. Tiene una piel muy blanca y fina, el pelo un poco rizado por las puntas y un flequillo natural.
Es muy valiente. Nada más nacer le pusieron una prueba muy difícil de salvar: tenía que dar un trocito de su cuerpo. Ella es muy generosa y lo da todo, y lo dió. De esa prueba le queda una cicatriz que cuando la veo me parece un adorno hecho con perlas en el medio de su tripa.
A ella le gusta mucho bailar, pero mucho mucho. Si no está bailando, anda de un lado a otro, cantando y dando palmas. Hace poco se fue al otro lado del mundo para ver cómo bailaban por allí y se ha hecho un montón de amigos.
Aplaude cuando algo le gusta; aplaude con las manos, con la yema de los dedos y con los dedos juntos también. Dice algunas palabras a su manera, se hace entender muy bien. A veces mira con una arruga entre los ojos, que es como una interrogación. Quiere mucho a la gente que le rodea y les aprieta muy fuerte con los ojos cerrados.
A veces la cojo y la siento en mis piernas. Me encanta leerle cuentos, y le huelo el pelo y le doy besos como metralletas y también le aprieto. Ella se cansa y me deja sentada, yo sonriendo y sintiendome feliz.

martes, 16 de septiembre de 2008

nadar


Me levanto muy temprano y me pongo el bañador. Todavía está oscuro, probablemente se me haga de día en el agua. Me acerco hasta el borde y me siento. Miro hacia adelante, el agua está quieta, no hay mucha gente hoy. Meto las piernas hasta la rodilla, qué buena está el agua. Me pongo el gorro y las gafas y me zambullo.
Buceo hasta que se me acaba el aire, estirando todo el cuerpo. Me dejo llevar sin hacer nada, sin mover nada. Cuando salgo empiezo a dar brazadas. Uno, dos, tres ...y respiro; uno, dos, tres y respiro. No pienso en nada, ahora sólo siento cómo se resbala el agua al avanzar. Mi cuerpo está relajado y a la vez trabajando, mi mente empieza a divagar y no le hago caso. Sólo siento que no peso, que no me cuesta avanzar.
Me paro cuando quiero y miro hacia fuera. Empieza a verse la luz del sol, la iglesia que está enfrente. Será un buen día, ya lo es, porque he ido a nadar.

domingo, 14 de septiembre de 2008

ablitas


No he nacido allí, pero da lo mismo. Mi madre y mi padre, mis abuelos todos, ellos sí nacieron allí. Es una parte muy importante de mí. Tan importante que cuando me voy me arrancan un cachito. Sé que me lo arrancan porque me duele.
Cuando estoy allí soy más yo misma que en cualquier otro sitio. Mi piel respladece con el sol, mis oídos se secan. Mi cuerpo está hecho para lo que hicieron otros antes; andar, recoger olivas, comer tomates, alcachofas y espárragos, madrugar, trabajar duro. También cantar y bailar.
Hay gente que se llama como yo, que tiene los mismos ojos y el mismo color de piel. Que tiene el mismo carácter y la alegría y fortaleza que yo tengo. También la cabezonería. Los hay que me conocen antes de nacer y a los que yo no conocí después de nacida.

Tiene olivos milenarios, viñas, campos con plantas de tomate, una iglesia con muchos estilos juntos, una laguna que es área de descanso para aves que están de paso, y el Moncayo. Está siempre ahí, arrojando una buena sombra. Se mira al Moncayo para ver el tiempo, para saber de dónde viene el viento, el cierzo, el moncaino, el bochorno. Hay gente que es especialista en los vientos, se sabe si va a llover, si hará calor.

Las estaciones son muy marcadas, en verano hace mucho calor, en invierno baja la niebla del Ebro y huele a la leña de las estufas. Me gusta especialmente la primavera. Salen las amapolas en los campos, preciosos puntitos rojos entre el campo verde.

viernes, 12 de septiembre de 2008

abrazo


Ahora es nuestro hogar. No nos une nada, no tenemos nada, no somos nada. Estar piel con piel, pecho contra pecho, boca en boca, eso ahora lo es todo. Lo único. Nos miramos a los ojos; yo me pregunto dónde he estado todo este tiempo.
Él ya no se viste con su traje de hierro. Su piel es más suave y cálida, sus manos saben tocar. Su aliento me da un poco de su vida y yo me la guardo.
Nos vemos y parece que no. Pero nos miramos y es que sí. Y ya no se puede parar. Y deseo que sea así cada vez, aunque la carne esté ya al rojo vivo, aunque nos pasemos las noches sin dormir, aunque al día siguiente el mundo siga girando y nos lleve hacia donde ya no hay vuelta atrás.
Pienso en el futuro... no sé. Pienso en la familia... y es que no. Pienso en la casa... y si no es ahora será pronto. Pienso en otras personas... y puede ser. Pienso en todo y me da igual, lo único que quiero es que me abrace de nuevo, porque lo demás me da igual.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

moriki



Hoy no es un pequeño placer lo que voy a describir. Hoy es una gran tristeza. Tenía 3 años, no abultaba mucho, apenas llegaba al kilo y medio, pero se hacía notar. Defendía a los que eran más grandes que ella, era muy cariñosa y se tumbaba con la tripita hacia arriba para que la acariciara. Le daban miedo los cohetes y escondía los huesos por el jardín. Le gustaba esperar a su dueño dentro, debajo o al lado de su furgoneta.
Qué raro hablar de tí en pasado...
Hoy le ha pillado un coche y ha cruzado el puente del arco iris. Seguro que allí le esperan moviendo el rabito Aris como el jefe, Zuri como la locatis caza mariposas, Lur, el pequeñín.
Te vamos a echar mucho de menos, Moriki guapa.

El Puente del Arco Iris

Hay un puente que queda entre el Paraíso y la Tierra, y se llama Puente del Arco Iris.

Cuando un animal que ha sido especialmente amado por alguien aquí en la Tierra muere, entonces va al Puente del Arco Iris.
Allí hay valles y colinas para todos nuestros amigos especiales, para que ellos puedan correr y jugar juntos.
Hay mucha comida, agua y sol, y nuestros amigos se encuentran cómodos y al abrigo.
Todos los animales que han estado enfermos o que eran ancianos, recuperan su salud y vigor; aquellos que fueron heridos o mutilados recuperan lo perdido y son fuertes nuevamente, tal como los recordamos en nuestros sueños de días y tiempos pasados.
Los animales están felices y contentos, excepto por una pequeña cosa: cada uno de ellos extraña a alguien muy especial, alguien a quien tuvo que dejar atrás.

Todos corren y juegan juntos, pero llega un día en que uno de ellos se detiene de repente y mira a la lejanía. Sus brillantes ojos se ponen atentos; su impaciente cuerpo se estremece y vibra. De repente se aleja corriendo del grupo, volando sobre la verde hierba, moviendo sus patas cada vez más y más rápido.

Tú has sido avistado, y cuando tú y tu amigo especial finalmente se encuentran, los dos se abrazan en un maravilloso reencuentro, para nunca separarse de nuevo. Una lluvia de besos cae sobre tu rostro; tus manos acarician nuevamente la cabeza amada, y puedes mirar nuevamente a los confiados ojos de tu mascota, tanto tiempo apartada de tu vida, pero nunca ausente de tu corazón.
Entonces los dos cruzan el Puente del Arco Iris juntos..

martes, 9 de septiembre de 2008

la señorita cochifrita



Se levanta con los rizos alborotados y con mucha hambre. Le gusta desayunar leche sola, sin galletas. La Señorita tiene siempre las uñas de la mano pintadas, a veces de blanco, a veces de rosa; le encanta el rosa. Cuando ve cosas rosas grita sin parar, emocionada. Tiene un dedo mágico, con el que señala lo que quiere. Este dedo sabe decir sí y no; es un dedo muy rotundo, todo lo que señala lo consigue. Habla mucho, pero en un idioma que nadie conoce, y sonríe. Lo primero que hace siempre es sonreir, por eso es tan especial la Señorita Cochifrita.
Le gustan los vestidos con tul y estrenar zapatos; los tiene de todos los colores, abiertos y cerrados.

Le gustan los animales, los gatos, los perros, los pájaros. Los llama frotando el dedo mágico y ellos le hacen caso. A los gatos les agarra del bigote. A los perros les intenta pisar la cola.
Anda a saltitos y muy rápido. Alguna vez se ha caído al suelo y ha llorado, pero enseguida se le pasa. Sabe sentarse y levantarse, coger cosas del suelo sin caerse; ir de la mano y llevar la silla de paseo.
La primera vez que le vi le tuve que esperar mucho tiempo. Yo estaba nerviosa porque no venía, pero al verla me puse muy contenta. Ella miraba todo con los ojos muy abiertos y se mordía un poco la mano. Estaba muy sorprendida y no habló en unos meses. Ahora nos conocemos bien y cuando nos vemos me señala con el dedo mágico y me sonríe.

lunes, 8 de septiembre de 2008

la nave nodriza


Conozco un sitio muy agradable para descansar. Es una nave espacial muy grande, que no se está quieta. En invierno va donde está el trabajo y la actividad, en verano sale a volar hasta donde está el calor. Esta nave tiene muchas habitaciones y una cocina donde cabe todo el mundo; está calentita en invierno y en verano aparece un jardín en el medio.

El piloto es un señor con barriga y "la pilota" una mujer con genio. El de la barriga hace a veces de cocinero, sobretodo cuando la nave está llenísima. La mujer con genio es la que manda, la que dice a dónde va la nave y también la que nos prepara las camas para que descansemos cómodos.

Los que vamos en la nave nos conocemos desde hace mucho tiempo. Algunos de nosotros no estamos todo el rato y hay otros que vienen algunos días y luego ya no vuelven más. Últimamente suelen subir dos astronautas muy pequeñas; es el mejor viaje entonces, porque cantamos y bailamos mucho. Nos gusta cantar, al que más al piloto de la barriga. Canta haciendo gorgoritos con los brazos en jarras. La señora con genio suele silbar y dar palmas para que las astronautas bailen.

Ha habido días en los que también hemos llorado en la nave. Son unos días muy raros, se va la luz, se apaga la música, nadie baila. Nos miramos unos a otros y hablamos bajito, hasta que un día alguien, tímidamente, empieza a contar historias divertidas; siempre es el mismo. Empezamos a sonreir por fuera, luego seguimos por dentro.

viernes, 5 de septiembre de 2008

caricias

Viven en una casa de colores. La han ido construyendo como los pájaros construyen su nido, cada día llevan una ramita para que no les entre el frío, otro día una hoja para que sea más cómoda su cama. Ya no les queda mucho por hacer, su casa está preparada para el invierno.
Viven juntos porque un día se encontraron por la calle. Hablaron un poco, se olieron y decidieron que construirían un nido de colores. Una parte es rosa, la parte donde ella duerme. Otra es azul, donde él escribe y sueña. Hay un sitio pequeño que es rojo donde se lavan el pico y las alas.
No hablan mucho durante el día, cada uno vuela fuera del nido para poder conseguir comida. Suelen llegar muy tarde y muy cansados. Intentan dejar fuera del nido la ropa sucia, las botas con barro, la mochila donde llevan todas las preocupaciones. A veces, sin querer, meten todo esto en el nido y lo manchan un poco. Hay veces que las manchas no se van y ella se va a dormir preocupada, él triste. Pero entonces, él se levanta a medianoche y se acerca para verla dormir. Le coge la cabeza entre las manos y le acaricia siguiendo el nacimiento del cabello, una y otra vez, sin decir nada, con mucho cuidado de no despertarla. La preocupación se va, la tristeza también. El nido se limpia solo. A la mañana siguiente no se dicen nada, cada uno recoge sus cosas y sale a volar.

jueves, 4 de septiembre de 2008

hoy empieza todo


Cansada de la rutina, intentando hacer de cada día un día único, empiezo esta aventura, como un bebé recién nacido, sin marcas ni pasado.

Todos los días me fijo en algo bonito. Si no lo hago, me parece un día perdido. Hay veces que no paro de ver cosas que merecen la pena; otras me cuesta mucho, me tengo que esforzar; es entonces cuando el día cambia. Todo depende de la perspectiva, del punto de inicio. Unas veces es la luz del amanecer, con eso ya me basta. Otras es la mirada de alguien que veo desde mi ventanal, una mirada que se transforma en una sonrisa, una canción, una foto, la frase de un libro, un objeto, un sabor, ... hay tantas cosas...

Este blog es también para ellas. Quiero enseñarles a mirar bien, a no quedarse en la superficie, a que sepan que aunque el día esté gris, hay pequeñas lucecitas que nos iluminan. Ellas son muy pequeñas y no saben leer así que pondré fotos y les diré a sus madres que se lo lean. Así que.... va por vosotras!