lunes, 8 de septiembre de 2008

la nave nodriza


Conozco un sitio muy agradable para descansar. Es una nave espacial muy grande, que no se está quieta. En invierno va donde está el trabajo y la actividad, en verano sale a volar hasta donde está el calor. Esta nave tiene muchas habitaciones y una cocina donde cabe todo el mundo; está calentita en invierno y en verano aparece un jardín en el medio.

El piloto es un señor con barriga y "la pilota" una mujer con genio. El de la barriga hace a veces de cocinero, sobretodo cuando la nave está llenísima. La mujer con genio es la que manda, la que dice a dónde va la nave y también la que nos prepara las camas para que descansemos cómodos.

Los que vamos en la nave nos conocemos desde hace mucho tiempo. Algunos de nosotros no estamos todo el rato y hay otros que vienen algunos días y luego ya no vuelven más. Últimamente suelen subir dos astronautas muy pequeñas; es el mejor viaje entonces, porque cantamos y bailamos mucho. Nos gusta cantar, al que más al piloto de la barriga. Canta haciendo gorgoritos con los brazos en jarras. La señora con genio suele silbar y dar palmas para que las astronautas bailen.

Ha habido días en los que también hemos llorado en la nave. Son unos días muy raros, se va la luz, se apaga la música, nadie baila. Nos miramos unos a otros y hablamos bajito, hasta que un día alguien, tímidamente, empieza a contar historias divertidas; siempre es el mismo. Empezamos a sonreir por fuera, luego seguimos por dentro.

2 comentarios:

derrotero dijo...

¡Entonces érais vosotros!.Acabamos de cruzarnos en vuestra ruta, aunque nosostros, "los ociosos",tripulación del pesquero pirata "Rowanlea", le llamemos derrota al curso que seguimos pescando estrellas.
Llevábais una gran juerga, porque os intentamos abordar golpeando ¡toctoc!, dos veces en vuestra puerta, y pasásteis de nuestros culillos. Y nos quedamos con las ganas de cantar "la canción del pirata" con ustedes, porque nosotros, aunque piratas, no robamos, sólo pedimos la voluntad, esa que tanto escasea hoy en día.
bueno, otra vez será, porque seguro que nuestros rumbos están condenados a cruzarse de nuevo y, ahí si que entonaremos himnos de vino y alegría.

trexa dijo...

Ay qué pena! Había tanto alboroto que nadie os ha oído.Espero que la próxima vez insistas más y no hace falta que traigas el vino, en nuestra nave hay de sobra. Seguro que nos cruzaremos pronto. Buen viaje!