viernes, 12 de septiembre de 2008

abrazo


Ahora es nuestro hogar. No nos une nada, no tenemos nada, no somos nada. Estar piel con piel, pecho contra pecho, boca en boca, eso ahora lo es todo. Lo único. Nos miramos a los ojos; yo me pregunto dónde he estado todo este tiempo.
Él ya no se viste con su traje de hierro. Su piel es más suave y cálida, sus manos saben tocar. Su aliento me da un poco de su vida y yo me la guardo.
Nos vemos y parece que no. Pero nos miramos y es que sí. Y ya no se puede parar. Y deseo que sea así cada vez, aunque la carne esté ya al rojo vivo, aunque nos pasemos las noches sin dormir, aunque al día siguiente el mundo siga girando y nos lleve hacia donde ya no hay vuelta atrás.
Pienso en el futuro... no sé. Pienso en la familia... y es que no. Pienso en la casa... y si no es ahora será pronto. Pienso en otras personas... y puede ser. Pienso en todo y me da igual, lo único que quiero es que me abrace de nuevo, porque lo demás me da igual.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Impresionandte..... las personas somos un cúmulos de sentimientos incontrolables, que muchas veces no sabemos qué hacer con ellos.... y casi siempre acabamos utilizándolos de una forma inadecuada.... pero..... COMO COÑO AFRONTAR LA PÉRDIDA DE ALQUIEN A QUIEN QUIERES????.....

Alicia.

trexa dijo...

Eso es muy difícil. A mí me sirve escribir, transformo lo negativo en algo positivo. Hay gente que pinta, que canta (el que canta su mal espanta :))Lo peor es dejarse llevar por los sentimientos negativos y no salir del círculo. Tienes la pena, pero no la alimentes. Alimenta la alegría y poco a poco una sustituirá a la otra. (joe, parezco un libro de autoayuda)