martes, 16 de septiembre de 2008

nadar


Me levanto muy temprano y me pongo el bañador. Todavía está oscuro, probablemente se me haga de día en el agua. Me acerco hasta el borde y me siento. Miro hacia adelante, el agua está quieta, no hay mucha gente hoy. Meto las piernas hasta la rodilla, qué buena está el agua. Me pongo el gorro y las gafas y me zambullo.
Buceo hasta que se me acaba el aire, estirando todo el cuerpo. Me dejo llevar sin hacer nada, sin mover nada. Cuando salgo empiezo a dar brazadas. Uno, dos, tres ...y respiro; uno, dos, tres y respiro. No pienso en nada, ahora sólo siento cómo se resbala el agua al avanzar. Mi cuerpo está relajado y a la vez trabajando, mi mente empieza a divagar y no le hago caso. Sólo siento que no peso, que no me cuesta avanzar.
Me paro cuando quiero y miro hacia fuera. Empieza a verse la luz del sol, la iglesia que está enfrente. Será un buen día, ya lo es, porque he ido a nadar.

2 comentarios:

derrotero dijo...

cuaderno de bitácora del pesquero pirata "rowanlea":
querido diario, esto no puede seguir así. hoy, nos hemos cubierto de gloria. si, hoy hace una semana que no pescamos una triste estrella, y la última que echamos a la caldera está dejando de emitir su energía. y claro, así hoy sólo hemos podido navegar a 3 tristes nudos. tanto es así que al amanecer nos ha adelantado : Uno, dos, tres ...y respiración; uno, dos, tres y respiración, ¡una chica!¡nadando...!. repito, ésto es desesperante.
tu querido ozzy, patrón de "los ociosos".

trexa dijo...

Bueno, sí que vais lentos! Espero que esta semana la pesca se de mejor. Si no es así, por lo menos podéis disfrutar del cielo al anochecer y del viento fresco de alta mar. La meta no es importante, lo es el camino.