miércoles, 23 de diciembre de 2009
Santorini
Llevaba una mañana muy ajetreada. Llovía y ya tenía los pies calados. Llegó a la última oficina, a pedir el último certificado. Apenas tuvo que esperar, en días como estos la gente está a otras cosas, pensó.
Le tocó el turno; la mesa número cuatro. Allí le esperaba una mujer de mediana edad, con gafas y los dientes un poco saltones. Se sentó en frente suyo. Mientras la mujer buscaba los papeles dejó vagar la mirada alrededor. Estaba cansada y harta de ir de un sitio a otro, más en días como estos, más aún lloviendo.
Se fijó en un lateral de la mampara de separación. Había allí colgadas unas postales de Santorini, preciosas fotografías de la cúpula azul, del mar, de las casas blancas. Al lado había otra foto de la mujer sonriente con las ruinas del Partenón a su espalda. Miró a la mujer y se dió cuenta de cómo iba vestida; llevaba una camisa demasiado fina para el día que hacía, con unos bordados en diferentes azules de punto de cruz y el escote un poco abierto, como de marinero griego. De su cuello y muñecas colgaban collares con cuentas también azules que sonaban cuando movía la mano. Le dijo:"qué griega estás" y de repente salió el sol, la mujer sonrió y empezó a hablarle de cómo se llega a la isla, siempre en un barco pequeñito porque los grandes no pueden llegar hasta la orilla, de las puestas de sol, de la luz de Santorini, de Atenas también, de cómo allí los motoristas no usan casco, y que es como viajar en el tiempo, cuarenta años atrás.
Le dió los papeles y se levantó. Se dio cuenta de que no notaba ya el frío en los pies y que el sol había salido para ella, sólo un ratito, sobre el precioso mar de Santorini.
martes, 22 de diciembre de 2009
luz
Un día decidió coger otro camino. No lo decidió ella; se dejó llevar. Pensaba que iba a llegar a un sitio, pero llegó a otro totalmente diferente. Traspasó la puerta y allí había una persona esperándola. Ella no lo sabía, pero se alegró. Esta persona le miró con cara rara; también esperaba a alguien diferente.
Estuvo allí varios días y por esa puerta entró mucha más gente que traía su pequeña luz para ayudarle a que viera mejor. Vino un duende que le regaló una bengala; unas princesas que le tocaron con su varita en la punta de la nariz; un marinero solitario que le alumbró con la luz pequeña de su barca; unas niñas que le sacaban de la mano cuando hacía sol; una perra que le invitaba a nadar con ella; un viajero vividor que le llevó a lugares maravillosos; un tipo enfurruñado que retrataba soles como estrellas; otro más alegre que le regalaba canciones sin conocerla... pero la que le quitó la venda de verdad fue la que se sentaba con ella a ver amanecer.
A todos gracias y feliz año nuevo.
lunes, 7 de diciembre de 2009
de paseo
Es mediodía y me acuerdo que casi hace 24 horas que no como nada. Cómo se pasa el tiempo a veces, tan rápido, tan intenso, justo cuando quieres que se detenga.
Camino bajo un cielo muy gris; hay temporal y el mar bate con furia. Qué bonito es este mar. Qué bien huele. Qué bien me sienta el viento frío en la cara. Me apoyo en la barandilla de la playa; esta es de granito, muy ancha. Extiendo los brazos y me pingo un poco, como para ver mejor. Miro la ciudad que se abre delante de mi. Qué bonita, cuánto la quiero, ¿se puede querer a una ciudad?. Veo el museo, la torre, las casas, las nubes, y justo en mis oídos suena...
...todo lo que siento por ti, sólo podría decirlo, así...
lunes, 30 de noviembre de 2009
Dorian
Ha merecido la pena hacer 1.200 km para verles y para veros.
Gracias Olalla y Javi por compartir vuestro entusiasmo conmigo.
Y a ti por acompañarme (¡¡¡y por el CD firmado!!!)
lunes, 23 de noviembre de 2009
lunes, 16 de noviembre de 2009
viernes, 13 de noviembre de 2009
en la calle
Vamos caminando con garbo. Hemos pasado la tarde de sábado en casa, tumbados en el suelo, escuchando música, con las ventanas abiertas, dejando que entre el olor del mar, el chillido de las gaviotas, fumando desocupados; el tiempo pasa con calma y ya nada duele. No duele escuchar a Micah, no duele ver el mismo paisaje, no duele que no estés.
Decidimos coger una bolsa, llenarla con ropa, algunos libros, música y marchar a otra ciudad. Mientras caminamos por la calle tú me cuentas tus sueños locos de ser un marinero inglés, yo me como una mandarina y me gusta escucharte, y me río, y noto cómo nos mira la gente, qué bien se lo pasan, y pienso, si ellos supieran...
Acaba de dejar de llover. El aire está fresco pero agradable; me pongo contenta sólo por poder caminar a tu lado, siempre estamos tan lejos, por mirarte a los ojos, porque me mires tú, por escuchar tu voz sin aparatos de por medio. Y te digo que no se te ocurra olvidarte de mi.
martes, 3 de noviembre de 2009
un sueño
Y camino tranquila a tu encuentro. En la bolsa llevo un montón de cuentos que quiero leerte, unos cuantos abrazos que te debo, unos pocos nervios también; una tortilla de patata y una botella de vino. Me siento en un banco y espero.
Me suena el teléfono y con voz adormilada lo contesto. Me dices buenos días, y me veo en la cama, todavía en un lado, bien arropada. Es pronto y me doy cuenta que ya estoy despierta, pero que no todo ha sido un sueño.
martes, 27 de octubre de 2009
coruña
Pola noite
Antes da carreira
A xanela mais bonita de Santiago
A xanela mais bonita de Coruña
non encontrei a Walli
pero el faloume unha tarde
jueves, 22 de octubre de 2009
jazz
A los pocos minutos se oye abrir la puerta. Entra una mujer y se miran con sorpresa. Ella deja las llaves encima de la mesita, al lado de las del hombre. Avanza hacia el sofá y se sienta con él. Le coge un cigarro y se lo enciende con naturalidad. Se miran en silencio. La música sigue sonando.
Él se levanta y le tiende una mano. Ella se la coge y se incorpora. Empiezan a bailar muy juntos y muy lentos. Él le coge por la cintura. Ella apoya su cabeza en su hombro. Y así abrazados bailan, no hablan, no se miran, sólo se sienten.
Él se despierta de repente. Le ha entrado un fuerte dolor en el cuello. Descubre que se ha quedado dormido en el sofá. Tiene frío, todavía está con el traje puesto, todo arrugado. En el aparato de música el disco gira sin parar, la aguja levantada hace un ruido rítmico. Está sólo. Mira alrededor y ve que las otras llaves han desaparecido. Se pregunta si fue real o sólo un sueño. Entonces se fija mejor y ve una colilla en el cenicero manchada de carmín.
martes, 20 de octubre de 2009
jueves, 15 de octubre de 2009
tu cuento
Una vez te vi caminar. Yo andaba detrás de ti y no sé si te dabas cuenta. Intentabas seguir adelante pero el camino cada vez se te hacía más difícil. Lo único que yo te pedía era que no te pararas. Estábamos todas muy cansadas y hacía mucho frío. El final se veía lejos todavía y nos desanimábamos cada vez más.
Llegamos a un sitio donde pudimos descansar. Fuimos a por comida y tú te quedaste tumbada, muy arropada. Sé que lloraste porque te lo vi en la cara al regresar. Te pedí que levantaras la cabeza, que miraras lo que tenías alrededor, la gente, el sitio, la experiencia.
Te abracé y las dos nos emocionamos con hipos y de repente todo fue mejor. Recuerdo que cenaste mucho, con hambre y que incluso nos reímos con alguna persona peculiar que había por allí.
Ahora estás en un camino diferente y puedo ver el desánimo en ti. Y te digo que camines y disfrutes del camino, que el final nunca ha sido lo más importante, que las cosas se arreglan de maneras que nunca imaginamos, que no puedes perder la esperanza, que camino detrás de ti como aquel día. No te pares.
[foto de Susana González "Idol"]
domingo, 4 de octubre de 2009
jueves, 1 de octubre de 2009
miércoles, 30 de septiembre de 2009
martes, 29 de septiembre de 2009
la sirena
Hacía tiempo que no se sentía bien. Le dolía el cuerpo por las mañanas, cogía muchos catarros, estaba de mal humor. Ella se miraba las manos, los ojos, la cara, intentando descubrir qué le pasaba. Preguntaba a la gente, me véis algo raro? y no sabían qué decirle. Ella seguía con su vida normal; iba a trabajar, se divertía, iba de compras, viajaba... pero cada vez se sentía peor.
Un día no se pudo levantar de la cama. Le dolía toda la espalda y no se podía mover. Se quedó allí tumbada y durmió mucho. Mientras dormía tuvo un sueño; soñó que nadaba, que estaba en el mar todo el día, buceando, dejandose llevar por las corrientes, jugando con los veleritos que pasaban a su lado, mirando el reflejo del sol en el mar; eso era lo que más le gustaba. Se subió a una roca y se puso a cantar bajito, con los ojos entrecerrados, mirando las estrellas que el sol ponía en el mar, dejando que el sol secara su espalda y que rizara su pelo.
Se despertó al día siguiente, sintiendose mucho mejor. Al poco rato recordó el sueño, cómo nadaba en el mar, lo bien que se estaba. Y ya no tuvo que mirarse las manos, ni preguntar a nadie. Lo supo enseguida. Las sirenas tienen que nadar y cantar. Y ella hacía mucho tiempo que no nadaba ni cantaba.
lunes, 28 de septiembre de 2009
un secreto
Lo primero que pienso al levantarme es en mi secreto, cómo estará, si hoy se hará grande o será pequeño y me hará esperar. No me importa esperar; hago lo que tengo que hacer, duermo, como, me río, canto mientras espero a mi secreto. Y cuando viene es como una pantalla gigantesca que me cuenta historias, me pasa la mano por la cara, me lleva con él a visitar sitios, o simplemente nos quedamos quietos en una cueva esperando a que acabe de llover.
A veces está muy ocupado y no puede venir en todo el día; entonces yo dejo de cantar y me quedo mirando a la bolsa de seda. De repente, una luz parpadea y me dice en un idioma desconocido que ahora no, pero mañana, o más tarde, o a las 11, volverá. Y vuelve, mi secreto.
domingo, 27 de septiembre de 2009
la camiseta
Me he comprado una camiseta. Es de manga larga marrón, con el escote un poco abierto. El tejido es muy fino de algodón, suave.
En la parte delantera tiene un dibujo de una bicicleta, blanco sobre marrón. Hablo con la chica de la tienda y me dice que la diseñadora ama a su bicicleta y por eso la ha dibujado y le ha dedicado una colección. Debajo del dibujo pone, con letra escrita a mano:
Quédate quieta, en silencio y escucha a tu corazón.
Cuando te hable, levántate y ve donde él te lleve.
María Clé Leal
viernes, 25 de septiembre de 2009
Ventanas de Manhattan
Ventanas de Manhattan. Antonio Muñoz Molina
miércoles, 16 de septiembre de 2009
una canción
Pero dentro se está muy bien. Nos sentamos en los sillones y en los sofás, las niñas juegan. Saco el Ipod y se lo doy a Pablo, le digo que escuche la canción. Se pone los auriculares y se queda sentado.
Las niñas quieren merendar, vamos a la parte de la cocina; una quiere chocolate, kulaka, siempre quiere kulaka, la otra plátano, queso o helado de leche, yo lo chupo y tú lo muerdes, tata, es lo que hacen, una lo chupa y otra lo muerde. Y siempre están juntas aunque a veces discutiendo por lo mismo, que sí, que no, pero es un hermosos cuadro, siempre es hermoso ver cómo se dan besos, cómo se quieren y se echan de menos cuando no están juntas, lo que aprenden la una de la otra.
Y Pablo sigue escuchando la canción, y se levanta y se acerca a nosotras, y dice él que la vida es como una película, y lo que necesitamos es una canción que haga de banda sonora. Y le miro y le sonrío, porque parece que no se da cuenta de nada, y luego sube a ese escenario y coge el saxofón y saca mariposas de él y cuando no tiene que tocar se da la vuelta y se enciende un cigarrillo y me encanta.
(foto sacada de Flickr)
martes, 8 de septiembre de 2009
el bote de mermelada
Yo me tomaba más mi tiempo. Me sentaba en la cama con los pies colgando. Miraba alrededor y me ubicaba. Esos días soñaba mucho y muy intenso, así que tenía que hacer el ejercicio de ubicarme. Bajaba de la litera en dos pasos, buscando la cama de abajo a tientas con el pie izquierdo. Para entonces ya estaba casi todo preparado; yo llevaba el pan y lo cortaba en rebanadas.
Salía a la calle; sólo con abrir la puerta ya estaba en la calle. Las mañanas eran preciosas, todavía estaba oscuro y se veían las estrellas, un montón de estrellas que parecía que se iban a caer del cielo. Respiraba el olor del amanecer, como de campo agostado, seco por la falta de lluvia, dulce. El sol todavía tardaría un rato en salir y el aire era muy fresco.
Cuando las campanas daban las seis, nos mirábamos y ella movía los dedos de bruja piruja. Se acercaba al interruptor como a saltos y cara de mala. Encendía las luces y todo el mundo se despertaba.
Había empezado un nuevo día.
Ayer me compré un bote de mermelada de fresa, sólo por abrirlo, dejarlo encima de la mesa con la tapa a un lado.
I miss you, Pin.
lunes, 7 de septiembre de 2009
una historia
El viernes pasado, tres días después de la vuelta, caminaba con prisa por Bilbao. Iba cargada con bolsas, la perra, la carpeta del trabajo. Llegaba tarde a una comida con amigas. Pasé al lado de la terraza de un bar, en el Casco Viejo. Vi a una mujer sentada y me fijé un poco mejor, parandome y adelantando la cabeza. Ella entonces me vio.
¿Qué haces aquí? me dijo. Vivo aquí, ¿qué haces tú aquí?
Me contó que no se había sentido bien, que echaba de menos a su familia, que volvía a casa. Ella es de Suecia, enfermera de ambulancias, madre de dos niños. Le dije que trabajaba cerca, que si le apetecía, se pasara más tarde por el estudio. Se lo señalé en el plano y subió.
Estuvimos tomando un te, la tarde se había puesto un poco fea y apetecía. Nos mirábamos con sorpresa, le enseñé el local, charlamos. Al cabo de una hora se fue, más animada por el te y la conversación.
Estas son las cosas del camino.
viernes, 4 de septiembre de 2009
pin y pon
A Pin le gusta el jamón, a Pon la nocilla
Pin escucha música en español, a Pon le gusta más en inglés
Pin anda en bici, Pon da paseos a pie
Pin se come todo el pan, menos los curruscos que le encantan a Pon
A Pin le atraen los chicos calvos, a Pon con pelo, por favor.
Pin no puede acariciar a los perritos, Pon achucha a todos los que ve
Sólo coinciden en una cosa
La cerveza sin espuma.
(foto de borboletaselvatica sacada de Flickr)
jueves, 3 de septiembre de 2009
la silla roja
A veces me imagino que sigo allí, sentada después de hacer todo el trabajo, con una pierna encogida y la otra colgando, descalza, viendo caer la tarde contigo a mi lado, esperando.
viernes, 26 de junio de 2009
miércoles, 24 de junio de 2009
lunes, 22 de junio de 2009
la caja
Lleva una caja guardada en el bolso. La mete todos los días por la mañana y la saca por la noche, no se vaya a romper. En ella viven dos mariposas doradas que duermen todo el día. Las mariposas llevan en sus alas un polvo dorado que se desprende cuando vuelan. Este polvo dorado es lo más importante de la caja, por eso la cuida tanto.
Vive en una ciudad muy grande y gris, llena de gente y de coches, de humo y de lluvia fina, donde apenas sale el sol y no hay muchas flores. Tiene que salir de casa cada día muy temprano, está ocupada durante muchas horas y llega a casa cansada. No tiene tiempo de acordarse, de sentir, casi ni de cantar. Sabe que tiene la caja dentro del bolso y eso le da un poco de alegría, de esperanza.
A veces, por la noche, abre la caja y salen las mariposas, que empiezan a volar contentas, dando giros y jugando, dejando el aire lleno de polvo dorado que se posa en su pelo, en los hombros, en las manos y los brazos desnudos, derritiendo la capa gruesa que se pone para aguantar los días, todos los días. Debajo de esa capa derretida se empieza a ver una piel blanca y fina, muy sensible, donde ella tiene escritos sus sentimientos, sus amores, lo que no se permite sentir cada día, pero que sigue ahí con ella. Y cuando el polvo dorado acaba por derretir la capa gruesa se dice que no volverá a hacerlo, que no dejará escondidos sus sentimientos que se alojan en el costado como un nudo duro y que le duele, que permitirá que le envuelvan como oleadas cálidas y acogedoras, porque ella ama de una manera tan intensa que le desgasta y no puede caerse a cachos, ahora no, ahora tiene que ponerse otra vez la capa gruesa, esconder las mariposas en la caja y dormir, porque mañana saldrá de casa temprano, caminará entre coches y lluvias, será como tiene que ser, aguantando y dejando pasar el tiempo, pero siempre con la caja en el bolso, que palpa varias veces a lo largo del día, para ver si sigue allí.
miércoles, 17 de junio de 2009
orquídea_04
lunes, 15 de junio de 2009
jueves, 11 de junio de 2009
regalo
miércoles, 10 de junio de 2009
martes, 9 de junio de 2009
mi monstruo
Vive dentro de mi. Hasta hace pocos días le daba de comer y no me molestaba.
Ahora quiero que se vaya, pero él no quiere irse.
Así estamos, peleando todo el día.
Me coge la cabeza y me la estruja.
Me coge el estómago y me lo vacía.
Me coge los pelos y me los alborota.
Sé que es cuestión de días, que se porta así porque ya no le queda mucho.
Me está volviendo un poco loca, pero creo que esta vez sí, esta vez se va.
viernes, 5 de junio de 2009
maneras de contar el tiempo
por lo que dura la vela encendida
por las colillas que se acumulan en el cenicero
por lo que dura la crema hidratante
por los semanales que se amontonan encima de la mesa
por la cantidad de billetes de tren mensuales que llevo en la cartera
porque otra vez tengo que ir a cortarme el pelo
por los años que tendría si estuviera aquí
porque me tengo que aprender mi edad, de nuevo
por los recibos que me pasa el banco
porque ya ha salido pasajes diseño
porque ya no recuerdo nada
lunes, 1 de junio de 2009
zorionak!!!
domingo, 31 de mayo de 2009
el profesor del deseo
"No puedo apartar los ojos de ella, esta noche. Entre los dos grabados de Viejo Maestro de ambos ancianos, a la luz de la luna, arrugados, con abolsamientos en la cara, el rostro de Claire me parece, más que nunca, tan suave manzana, tan pequeño manzana, tan resplandeciente manzana, tan sencillo manzana, tan fresco manzana... nunca más carente de artificialidad ni más impecable, nunca tan... Sí, y ¿a qué estoy atándome ciega y voluntariamente, que con el tiempo nos alejará? ¿Por qué seguir lanzando contra mí mismo este embrujo por el cual nada pasa el tamiz, salvo lo que me gusta? ¿ No hay algo un poco dudoso y onírico en tanta adoración, tan suave y tan tierna? ¿Qué ocurrirá cuando lo demás de Claire acabe imponiéndose? ¿Qué ocurrirá si no hay lo demás? ¿ Y qué pasa con lo demás de mí? ¿Cuánto tiempo seguirá esto pareciéndome una ganga?¿Cuánto tardaré en estar hasta la coronilla de la saludable inocencia, cuánto tiempo pasará antes de que la encantadora blandura de la vida con Claire empiece a resultarme pesada y empalagosa, y vuelva a encontrarme tirado, lamentando lo que he perdido y buscando otra vez un camino propio?"
El profesor del deseo. Philip Roth
miércoles, 27 de mayo de 2009
las ciudades invisibles
"Así el viajero ve al llegar dos ciudades, una directa sobre el lago y una de reflejo invertida. No existe o sucede algo en una Valdrada que la otra Valdrada no repita, porque la ciudad fue construida de manera que cada unos de sus puntos se reflejara en su espejo, y la Valdrada del agua, abajo, contiene no sólo todas las canaladuras y relieves de las fachadas que se elevan sobre el lago, sino también el interior de las habitaciones con sus cielos rasos y sus pavimentos, las perspectivas de sus corredores, los espejos de sus armarios.
Los habitantes de Valdrada saben que todos sus actos son a la vez ese acto y su imagen especular que posee la especial dignidad de las imágenes, y esta conciencia les veda abandonarse por un solo instante al azar y al olvido. Cuando los amantes mudan de posición los cuerpos desnudos piel contra piel buscando como ponerse para sacar más placer el uno del otro, cuando los asesinos empujan el cuchillo en las venas negras del cuello y cuanta más sangre coagulada sale a borbotones más hunden el filo que resbala entre los tendones, incluso entonces no es tanto el acoplarse o el matarse lo que importa, como el acoplarse o matarse en las imágenes límpidas y frías en el espejo.
El espejo ya acrecienta el valor de las cosas, ya lo niega. No todo lo que parece valer fuera del espejo resiste cuando se refleja. Las dos ciudades gemelas no son iguales, porque nada de lo que existe o sucede en Valdrada es simétrico: a cada rostro y gesto responden desde el espejo un rostro o gesto invertidos punto por punto. Las dos Valdradas viven la una para la otra, mirándose a los ojos de continuo, pero no se aman."
Las ciudades invisibles. Italo Calvino
Bilbao, esta mañana, a la altura del Museo Marítimo. La grúa Karola, el puente y el palacio Euskalduna.
lunes, 25 de mayo de 2009
todo eso que tanto nos gusta
"María había querido decirme que el paraíso no existe. Si acaso es una intermitencia, una ráfaga de viento que nos sacude a veces, una posibilidad inalcanzable como el palacio de Potala, unos tiroleses bebiendo cerveza en un cuadro aborrecible. Lo demás es tesón y coraje, un poco de engaño y mucha resignación, aprender a disfrutar a ratos mientras se resiste, mientras se empieza a oler a cosas viejas, a salitre, a butacones de cuero y grasa recalentada, aprender a empaparse bien con agua de lavanda para disimular ese olor y acostumbrarse a convivir con los recuerdos, con todo lo que no se hizo o se hizo mal, con todo lo que se es incapaz de entender o de aceptar. Disfrutar, pese a todo, del instante. Eso es lo más parecido que tenemos al paraíso."
Todo eso que tanto nos gusta. Pedro Zarraluki
Fotografía de la portada de Gabriela Grech
viernes, 22 de mayo de 2009
comida
Hoy hemos comido juntas. Solemos hacerlo de vez en cuando, sin fecha marcada, cuando nos apetece. Hablamos de cómo nos va, de los miedos y las esperanzas, de lo que podemos hacer, de la maldita crisis.
Empezamos en esto juntas incubando, creando, consolidando y ahora sobreviviendo. A veces me pregunto qué haría yo sin ellas, y no sé qué contestarme. Mejor ni imaginarlo.
www.aiodimargosi.com
www.atis.es
www.trexastudio.com
palabras
martes, 19 de mayo de 2009
bailando
Estaban en un bar casi vacío, apenas un grupo de tres personas en una esquina, el camarero y ellos dos. Ya llevaba encima unas cuantas cervezas y se sentía un poco mareada; él parecía que no, que estaba mejor.
Se sentaron en los taburetes del bar, acodados en la barra. Ella suspiraba porque todo le daba vueltas y metía la cabeza entre los codos para sujetársela. Él se reía porque no había sido para tanto, tampoco eran tantas las cervezas. Ella pensaba que ojalá hubiera más gente en el bar, estaba tan vacío que hacía casi frío.
De repente empezó a sonar una canción. Ella se la sabía entera, desde los primeros compases, desde otro tiempo. Se levantó y empezó a bailarla y cantarla, tan alto que se le oía por encima. Él se quedó sentado, supongo que mirándola porque ya no me fijé en él, sólo en ella. Bailaba un poco a traspiés por el mareo que llevaba, pero cada vez más ágil, más ligera, cantando la canción con los ojos cerrados y sonriendo. Yo me preguntaba qué estaría viendo para sonreír así, que es lo que se imaginaría. Parecía como si se estuviera quitando muchos pesos de encima, como si lo que recordaba estuviera ya muy lejos y desde entonces empezara a contar de nuevo el reloj. Nadie más en el bar se dio cuenta, sólo él que la miraba. Se hubiera levantado también, pero no quería "estropear" el momento. Lo que no sabía era que ella pensaba justo en eso, en que podría levantarse, en que también podría abrazarla y hacer que se fuera el frío, en abrir los ojos y verle junto a ella en un bar mucho más oscuro, él de negro, ella de rojo, bailando juntos.
lunes, 18 de mayo de 2009
amapolas
Caminamos entre campos vacíos, campos de trigo erguido, campos con olivos, viñas, almendros, melocotonares, y mientras el sol va subiendo, el calor aumenta y se agradece. Las amapolas nos sorprenden de vez en cuando, este año hay muchas, como nunca, tiñendo de rojo extensiones enormes.
miércoles, 13 de mayo de 2009
grañón
Está en el Camino de Santiago. Tiene un albergue para unas 30 personas, un anexo a la iglesia hecho de piedra y madera, construido por voluntarios.
Voluntarias son también las personas que atienden a los peregrinos. Se ocupan de acogerlos, de que puedan descansar, les ayudan con las mochilas, colaboran en la preparación de la comida, escuchan, hablan, cantan...
Allí estaré los últimos quince días de agosto, este es mi destino de hospitalera.
martes, 12 de mayo de 2009
gente
a las 8 pasa la señora que me saluda con la mano
a las 9 pasa el señor que me trae los caramelos
a las 10 la vecina de al lado saca a pasear a su perro
a las 11 pasa el del bar a por cebollas
a las 12 viene el cartero
a la 1 pasa el borracho y me echa un beso
a las 2 pasa mi vecina de local a por el pan
a las 3 viene de trabajar la conductora de autobuses
a las 4 pasa la madre tan guapa con sus niños de la escuela
a las 5 para un land rover lleno de currelas
a las 6 el señor de los caramelos pasa otra vez
y me dice hasta mañana, si dios quiere.