martes, 29 de septiembre de 2009

la sirena






Hacía tiempo que no se sentía bien. Le dolía el cuerpo por las mañanas, cogía muchos catarros, estaba de mal humor. Ella se miraba las manos, los ojos, la cara, intentando descubrir qué le pasaba. Preguntaba a la gente, me véis algo raro? y no sabían qué decirle. Ella seguía con su vida normal; iba a trabajar, se divertía, iba de compras, viajaba... pero cada vez se sentía peor.
Un día no se pudo levantar de la cama. Le dolía toda la espalda y no se podía mover. Se quedó allí tumbada y durmió mucho. Mientras dormía tuvo un sueño; soñó que nadaba, que estaba en el mar todo el día, buceando, dejandose llevar por las corrientes, jugando con los veleritos que pasaban a su lado, mirando el reflejo del sol en el mar; eso era lo que más le gustaba. Se subió a una roca y se puso a cantar bajito, con los ojos entrecerrados, mirando las estrellas que el sol ponía en el mar, dejando que el sol secara su espalda y que rizara su pelo.
Se despertó al día siguiente, sintiendose mucho mejor. Al poco rato recordó el sueño, cómo nadaba en el mar, lo bien que se estaba. Y ya no tuvo que mirarse las manos, ni preguntar a nadie. Lo supo enseguida. Las sirenas tienen que nadar y cantar. Y ella hacía mucho tiempo que no nadaba ni cantaba.

4 comentarios:

Olalla dijo...

qué dificil estar mucho tiempo sin mojarse... zambullámosnos!

trexa dijo...

Sí, es duro. También es duro estar sin cantar, así que vete ensayando esa canción que tenemos a medias y preparando el café que nos quedó pendiente :)
Un beso, guapa.

pirsinia dijo...

Me alegro que hayas reencontrado tu mar. Disfrútalo.

Besitos

trexa dijo...

Gracias, Pirs. Un beso.