Tengo hambre. No se me quita aunque coma. Y como todos los días. Como por la mañana, al mediodía, y nada. Como todo tipo de cosas, unas que llenan, otras que son sanas, otras que no. Como de pie y como sentada. Pero sigo teniendo hambre. Me traen comida, comida de verdad y me la como, y tampoco.
Entonces vienes tú y me hablas y me cuentas cosas gesticulando con las manos, utilizando palabras bonitas. Y el hambre se me pasa. Se me pasa tanto que no me acuerdo de comer. Y preparamos comida rica, y la veo encima de la mesa, pero no como casi nada. Porque me sigues hablando.
Tú te vas o yo me voy y me vuelve a entrar el hambre. Y sé que la única manera de que se me pase es que me hables, que no pares de contarme cosas, cualquier cosa.
* Preciosa foto de Pablo Mella
lunes, 22 de marzo de 2010
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2 comentarios:
Así da gusto pasar hambre....
Es raro, nunca antes me había pasado esto.
Un besito, mi C.
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