martes, 27 de enero de 2009

rayuela


Para tí, que ya no juegas en la calle, pinto una rayuela en el asfalto. Son un montón de cuadrados que conforman un espacio, como el plano de un edificio, basílica o biblioteca.
Cada cuadrado independiente es un plano en sí mismo, que se puede manipular.
Se puede poner vertical, horizontal, elevado o contra el suelo.
Con una piedrita hay que ir saltando de cuadro en cuadro, hasta llegar al paraíso.
Si quieres, puedes poner un número dentro: uno, cuatro, siete, nueve ...


Llama a tus amigos, diles que váis a jugar en la calle, de nuevo.

Quizá uno sepa tocar la guitarra y otra tenga buena voz.
Entre los planos de la rayuela os podéis cobijar si lloviera.
Servirían también para que la gente no se molestara con el ruido.

Igual otro es un titiritero. Con los cuadrados podríais hacer un teatro en miniatura, inventar un telón para contar las historias de cada uno.

Puede ser que otro fuera joyero artesano, se podría fabricar una tienda, un mostrador con los planos de la rayuela.
Para diferenciarlos unos de otros, lo podríais pintar, uno rojo, otro naranja, otro amarillo. Así iriamos llenando la calle de colores, de música, de objetos preciosos, de amigos, de historias, de gente que recupera la calle para volver a jugar.

3 comentarios:

Olalla dijo...

"salir a la calle es salir de nuevo a la infancia. Vivir el espacio es jugar en él, con él, a él. También nosotros desobedecemos a veces, como los niños siempre, las instrucciones que nos obligan a distinguir entre nuestro cuerpo y el entorno en que se ubica y que genera. Es cierto que hay adultos que han dejado definitivamente de jugar. También los hay que nunca han enloquecido, que nunca se han sentido o sabido poseídos, que no han bailado, que no se han dejado enajenar por nada ni por nadie. Los hay también que no tienen nunca sueño y no sueñan. Todos ellos tendrían razones para descubrirse a sí mismos como lo que son: el cadáver de un niño. Ninguno de ellos sabe lo que saben los niños y se nos vuelve a revelar algunas veces de mayores, cuando, caminando por cualquier parte de cualquier ciudad, nos descubrimos caminando por paisajes secretos, entendiendo de repente que los cuerpos y las cosas se pasan el tiempo tocándose y que nada, nada, está nunca a lo lejos."



"Sociedades movedizas" Manuel Delgado

pirsinia dijo...

Me ha gustado mucho, Lisa. ¿Me has dicho que era para algún concurso??

Mañana me cuentas.

Besitos

trexa dijo...

La verdad es que yo jugué poco en la calle de niña, en verano más, pero poco.
Ahora lo aprecio mucho más, todo lo que se puede hacer en la calle, compartir, descubrir. Esto es para un proyectito, a ver cómo sale.
Gracias, tosta mista.

Te cuento, Pirs. Un beso.