jueves, 4 de marzo de 2010

Santander - Alicante III

Me acuerdo de todo esto sentada en la mesa de la cocina,  mientras me como una galleta de chocolate Granola, las del chocolate con leche. Me acuerdo de la sensación de frío a medida que iba oscureciendo, de la luna llena en el cielo a veces tapada por las nubes y la lluvia de las 10 de la noche; de los juegos de sinónimos, de palabras: trozo, volcán, qué bonito; de risas; de las conversaciones a la luz de la llama del pitillo, en medio de la Mancha, en cualquier sitio. Del sueño que tenía y de lo rápido que pasaban las horas; de la emoción de estar llegando. Fueron 950 km; 10 horas de viaje.
Y pienso que menos mal que estabáis allí, menos mal que dijistéis que sí, menos mal. Y que sin pensar lo volvería a hacer.
Gracias.

* Volvimos juntos en el vuelo de vuelta, que salió a su hora y sin problema. Igor se quedó. Él vive allí.
** Foto de Icars sacada de Flickr

3 comentarios:

Anónimo dijo...

toda una aventura. Que viaje más fantástico

trexa dijo...

Sí que fue fantástico. Es genial y fácil; cuando se presenta la oportunidad, sólo hay que aprovecharla.
Buen día!

pirsinia dijo...

Mi hermana, no sé por qué pero me tienes con la lagrimilla...