sábado, 8 de noviembre de 2008

mariposas



Fui a ver las mariposas. De todas las cosas que había por ver, era la más emocionante. Hay que pasar por una sala fría, con dibujos de gaviotas y cormoranes. La habitación está a un lado, muy iluminada. Tiene dos puertas; un guarda advierte que para abrir una la otra tiene que estar bien cerrada. Abro la puerta y me encuentro en otro mundo, en otro clima, en otra hora del día. Hace más calor, un calor húmedo que se agradece. Hay mucha más luz que en la calle.
Las mariposas vuelan libres por la sala, en silencio. Es un gran espectáculo, las hay de todos los tamaños y colores. Yo me emociono viéndolas, porque no vivirán mucho y hoy he tenido la suerte de verlas, tan bellas. Ellas no se dan cuenta de nada; vuelan buscando comida, o compañía, o una hoja agradable donde descansar. Comen fruta con azúcar; hay naranjas en tarritos para ellas y también plátanos. No puedo dejar de mirarlas. Son muy sociables y si no me muevo mucho alguna se posará en mí. El señor que va delante mío tiene una gigantesca en la oreja, preciosa, con las alas negras de terciopelo y un círculo marrón. Parece el ojo de un búho ese círculo. Hay otras que van juntas a todas partes; estas son azules como agua de mar clara. Están alegres, hacen piruetas al volar y parece que estén jugando. Las rosas y marrones son las más tímidas. Van solas y vuelan poquito a poco, posándose sólo un rato en cada hoja.

En la habitación hay gente que las conoce a todas. Son personas mayores ya jubiladas. Una niña les hace muchas preguntas y ellos con paciencia le explican todo. Yo me quedo a escuchar las preguntas de la niña, ella sabe bastante más que yo; me quedo mucho rato en esta habitación, en este mundo artificial maravilloso.

http://www.amnh.org/exhibitions/butterflies/gallery.php

4 comentarios:

pirsinia dijo...

Vaya sitio más chulo. Siempre que oigo hablar de algo así, me imagino allí con Izaro y pienso en cuánto disfrutaría ella viendo las mariposas o lo que sea.

Gracias, Lisa.

trexa dijo...

Sí, era chulo de verdad. Lo conocí porque Muñoz Molina hablaba de él en el libro Ventanas de Manhattan, si no, ni siquiera hubiera ido a ese museo. Yo también me imaginaba qué harían las niñas allí. De nada, Pirsinia.

derrotero dijo...

"como el agua clara..." por san camarón.
estuve en un espacio así en el botánico de edimburgo, pero no había mariposas, o estaban dormidas. tampoco estabas tú pero aquí has completado aquella experiencia en otro lugar, tiempo después...
gracias.

trexa dijo...

Qué bonito, derrotero. Es como escuchar una canción sobre alguien que está en un autobús a las 3 de la mañana, sentada en un autobús a las 3 de la mañana. O como leer en un libro algo que he vivido en realidad.