jueves, 26 de febrero de 2009

duende


Tengo la suerte de conocer a un duende, pero a uno de verdad. Es pequeñito, talla XS, de ojos verdes preciosos e inteligentes. Vive en una casa como él, pequeñita pero en la que cabe mucha gente. Esta casa tiene una ventana por la que entra el sol, el mar y las gaviotas, que son también sus amigas, una cocina como un armario y un baño de juguete.
Habla muy raro, a veces llora como un perro, otras como un gato. Hay veces que parece otra persona, mucho más alta y más mayor. Se transforma continuamente, porque es un duende.
Le gusta rodearse de gente, chicos y chicas; también cocinar para ellos las comidas más raras del mundo, pulpos rosas, patatas rosas, pizzas con pan Bimbo y el queso, que solape.

Nunca va en coche, anda en bici y cuando se cansa, la tira y empieza a correr. Corre mucho este duende, si le apetece, durante días y noches.
Cuando está aburrido, coge la cámara y saca las fotos más maravillosas que he visto. Tiene muchos discos en su casa y un plato mágico que los hace sonar. Suele llevar un mando enorme para hacer callar a unos para que hablen otros, para que salga el sol y que suba la marea.

Le gusta hablar a través de una cortina, y yo miro hacia al techo para saber de dónde viene esa voz, y le respondo. Nos podemos pasar así un buen rato.
He sido afortunada y he compartido con él unos días, en los que nos hemos reído mucho, como siempre que estamos juntos. Le quiero mucho yo a este duende.

3 comentarios:

pirsinia dijo...

Un personaje interesante. ¡Ah! y creo que también muy divertido ;)

derrotero dijo...

si, todo eso y más.
nos hizo una foto muy bonita.

trexa dijo...

sí, muy chula la foto.